Fundada en 2007, en sólo ocho años la Yeguada Mater Christi alcanzó el reconocimiento como MEJOR GANADERÍA DEL MUNDO en SICAB 2015. Un premio que, sin duda, avala el sorprendente caminar de un proyecto concebido desde sus inicios con la idea de fijar una línea de pureza racial y de morfología, movimientos y funcionalidad excepcionales. Además, en SICAB 2016 revalidó ese mismo galardón, de modo que, de forma consecutiva, se proclamó MEJOR GANADERÍA DEL MUNDO. Por si fuera poco, en el SICAB 2017 y en el IV Campeonato del Mundo del Caballo PRE – SICAB 2018 ha logrado nuevamente tan preciado premio; de este modo y hasta el presente, es la única Yeguada que ha recibido tal distinción, siendo, por tanto, tetra-campeona. ¿Cómo se logra en tan poco tiempo un empeño tan grande? Tres han sido los pilares en los que se ha basado la construcción de tan ilusionante proyecto:
- – Selección inicial.– En 2007 se buscaron y adquirieron una serie de yeguas que eran Campeonas de España (tanto en morfología como en movimientos) y que, a su vez, eran hijas y nietas de Campeones y Campeonas en varias generaciones de entre sus ancestros; es decir, que llevaban genéticamente fijada la excelencia que habían acreditado en los Concursos. Con los sementales se hizo otro tanto, buscando nuevamente la mencionada excelencia. Para acelerar el proceso de fijación del tipo de animal que buscábamos, recurrimos inicialmente al empleo de la transferencia embrionaria, con lo que pudimos tener, en el primer año, hasta cinco crías de cada una de las yeguas fundadoras; lo que permitió sacar conclusiones de manera rápida y saber con prontitud qué semental ligaba mejor con cada una de ellas y, así, empezar a centrar nuestro trabajo e ir definiendo nuestra línea. Transcurridos los cuatro primeros años abandonamos paulatinamente la transferencia embrionaria y fuimos criando directamente con las yeguas hijas de aquellas Campeonas (ya de nuestro hierro), una vez comprobado que éstas daban tan bien como habían dado sus madres; igualmente empezamos a usar los machos nacidos en la Casa como sementales, por idénticos motivos.
- – Crianza exigente.– Desde el comienzo tuvimos claro que no sólo una buena genética contribuiría a lograr nuestros propósitos; sino que era necesario una crianza de los potros y potrillas cargada de ciertas exigencias: rigurosidad en la alimentación (sana, equilibrada, estudiada para cada animal); exhaustivo control sanitario (vacunaciones, evolución de peso y alzada, tratamiento rápido de posibles enfermedades y heridas); adecuado programa de ejercicios (vida en libertad controlada, rotación en los terrenos de pasto, idoneidad de las exigencias atléticas atendiendo a las condiciones de cada individuo, estabulación en el momento óptimo); asistencia a los Concursos Morfofuncionales (probando en todas las Secciones, estudiando las calificaciones de los jueces, marcando criterios selectores). Con todo ello, se potenciaban los rasgos genéticos y se fijaban de unas camadas en otras con mayor celeridad.
- – Autocrítica.- El tercer pilar que soporta el desarrollo de nuestro empeño consiste en ejercer una autocrítica seria y en escuchar y analizar cuantas ideas nos han sido propuestas por multitud de profesionales de las diversas labores que requieren la llevanza de una ganadería de caballos de Pura Raza Española. Asumiéndolas cuando se creyó conveniente o adaptándolas a nuestros objetivos cuando fue preciso; también, como es lógico, rechazándolas cuando no se consideraron óptimas a nuestros propósitos.